En Marzo del 2020 en Katmandú, las noticias y los videos sobre las víctimas de covid estaban por todas partes a diario. El mundo entero estaba muy preocupado; los países estaban cerrando las escuelas y haciendo cumplir los confinamientos, y estuvimos pensando qué hacer con la escuela y lxs niñxs.
Había que decidir qué hacer
Nos preocupamos mucho por el covid pero aún más por la escasez de alimentos. Era bastante difícil conseguir bombonas de gas para cocinar y los alimentos esenciales escaseaban cada vez más en el mercado; así que tuvimos una reunión urgente con nuestro equipo y le pedimos a Rinpoche que realizara un Mo, que es un ritual de predicción astrológica. El resultado fue que si no salíamos en un día nos íbamos a encontrar muchos obstáculos, así que decidimos irnos inmediatamente al día siguiente.
Escapando hacia los Himalayas
Hicimos algunas compras por la mañana y por la tarde salimos del HKH alquilando un autobús con la ayuda de nuestrxs generosxs donantes. Y así empezamos un largo viaje en autobús de 4 días y 4 noches. Tuvimos que cambiar de autobús dos o tres veces en el camino por el mal estado de la carretera y de un pequeño puente, y finalmente llegamos a un lugar llamado Tripurakot.
Escondiéndonos en Dunai
Desde Tripurakot caminamos durante un día hasta Dunai, la sede del distrito de Dolpo. Cuando llegamos a Dunai, nos enteramos de que el confinamiento había comenzado ese mismo día, todas las pequeñas tiendas de Dunai estaban cerradas y nos encontramos con muchos policías y gente que nos preguntaban muchas cosas: ¿cómo habéis llegado hasta aquí? ¿Cómo es posible que hayáis llegado un día antes del confinamiento? Incluso algunas personas nos dijeron que no teníamos que haber venido porque al venir de Katmandú debíamos tener muchos virus.
Nos alojamos en un hotel de Dunai para descansar un poco después del largo viaje, pero al poco rato vino alguien y nos echó del hotel porque veníamos de Katmandú donde, según los medios, se estaban propagando todos los virus. Entonces, con la ayuda de Rinpoche, pudimos quedarnos en la casa de uno de sus amigos. Tuvimos que estar escondidos allí, pero al menos era un lugar normal y alegre, mucho mejor que un hotel.
Estuvimos descansando durante un día y esa noche nos enteramos que Dunai iba a cerrar todos los caminos y no iba a dejar entrar ni salir a nadie. ¡Teníamos que irnos lo antes posible! Les dije a todxs los niñxs que se prepararan para nuestro viaje, para estar listos por la mañana temprano. Acordamos que si la policía nos retenía a algunx de nosotrxs, les íbamos a decir que éramos del Alto Dolpo y que nos íbamos a casa; siempre es mejor decir la verdad. Nos despertamos alrededor de las 2 de la madrugada y salimos alrededor de las 2:30 después de tomar un poco de agua caliente y noodles (fideos tibetanos).
La larga caminata a casa
Así que comenzamos nuestra larga caminata a casa. Algunxs niñxs son muy buenxs caminando y otrxs son muy lentxs; así que tuve que esperar y esperar por cada uno/a, por suerte mi hermano estaba a mi lado ayudándome. Yo no camino ni muy rápido ni muy lento.
Caminamos durante muchos días, acampábamos en algún lugar al aire libre alrededor de las 8 de la tarde y nos levantábamos a las 5-6 de la mañana. Finalmente, después de días de intensa caminata, algunos padres vinieron con caballos para recogernos. Aún así, tuvimos que caminar con muy mal tiempo, pero por fin pudimos llegar a salvo a la ladera de la montaña que está cerca de nuestro pueblo. Descansamos durante mucho tiempo en esa ladera, como unos 30 minutos. Fue maravilloso sentir que todxs lxs niñxs y el equipo llegamos finalmente a casa sanos y salvos. Estábamos muy felices y aliviados, ¡hogar dulce hogar!